San Ignacio de Loyola

Patrón de las Religiosas Oblatas al Divino Amor de votos perpetuos

De caballero en batalla a caballero del cielo...

De familia noble, un soldado de deseaba ardientemente morir en batalla. Fue herido en la pierna
defendiendo a Pamplona contra los franceses, al quedar en cama pide unos libros de caballería para leer
(como era su gusto), resultando que solo había en la casa los libros de “la vida de los Santos” y “la vida de
Cristo”, leyendo estos libros comenzó su proceso de conversión.

Decide irse en peregrinación a Jerusalén, pero de camino se da cuenta que muchas cosas se están
moviendo en él interiormente, y no podía pasar de la noche a la mañana de ser un guerrero a un santo,
pues sus escrúpulos le atormentaban muchísimo. Se detiene entonces en Manresa, donde hace su
proceso interior y a raíz de esto comienza a escribir su obra de los Ejercicios Espirituales.

Esta obra le trae algunos problemas en su camino de conversión pues por su novedoso método de oración
mental la Iglesia cree que es un alumbrado. Cuando logra defender su método y seguir, decide fundar la
Compañía de Jesús, al encontrarse precisamente con compañeros que querían seguir su mismo estilo de
vida.

San Ignacio en la vida de la Venerable Madre Margherita Diomira

San Ignacio tuvo fue fundamental en su vida interior  y su discernimiento. De hecho, tuvo un grande amor al Santo y su espiritualidad, proveniente de sus directores espirituales, que en su mayoría eran de la Compañía de Jesús, por él fundada.


¿Por qué es importante para las Oblatas al Divino Amor?

Al seguir el espíritu de Madre Margherita, se vuelve imprescindible seguir también este espíritu Ignaciano en el que ella se inspiró.

El Directorio RODA en el numeral 47 inciso H menciona que esta: “es la fiesta de Aquel que hemos reconocido como padre, ello nos dice cuáles deben ser nuestros sentimientos de devoción hacia él (MMDC). Mantengamos viva la inspiración Ignaciana en nuestro Instituto tratando de profundizarla cada vez más”.

Ignacio es a quien le debemos la espiritualidad que llevó a Madre Margherita a discernir que Dios le pedía fundar, podríamos atrevernos a decir que después de Dios nuestro Señor, es gracias a San Ignacio y su espiritualidad que existimos las Oblatas al Divino Amor.

Según el deseo de Madre Margherita,
oramos por la compañía de Jesús, para que se extienda y continúe haciendo el bien procurando siempre la Mayor Gloria de Dios. En cada casa se hace la renovación de votos comunitariamente. Consideramos a San Ignacio de Loyola, Patrón de las religiosas de votos perpetuos.

AMDG

De San Ignacio tomamos el lema, el cual sintetiza los ideales de la familia Oblata al Divino Amor, cuyo fin es la Mayor Gloria de Dios.

Para las Oblatas al Divino Amor es de suma importancia realizar una vez al año los Ejercicios Espirituales, y al menos una vez en la vida realizar el mes ignaciano promovido por la Compañía de Jesús (Jesuitas).

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