Espiritualidad
A.R.A
Adoración, Reparación y Apostolado
Adoración
De ella se obtiene la fortaleza y las luces necesarias para cumplir la misión en el mundo. En la adoración Eucarística renovamos la convicción, que nuestra vocación exige una adoración continua, la cual ofrecemos a Dios, en espíritu de alabanza y súplica. La plegaria incesante de una Oblata al Divino Amor, es “ Oh Jesús hazme un alma adoradora en Espíritu y verdad.”
Reparación
Se expresa en el Culto al Sagrado Corazón de Jesús: Sacerdote y Víctima por nuestros pecados. El espíritu de expiación hace de los miembros del Instituto, ofrendas voluntarias: por la unidad de la santa Iglesia, por el Papa, por la Santificación de los Sacerdotes y por la unión de los cristianos, para que todos seamos uno en Cristo Jesús.
Apostolado
Como consecuencia práctica del amor se deriva el espíritu de Apostolado, que debe animar a todos los miembros de la Congregación. Nuestro Instituto aspira en todo caso a crecer en la Caridad y quiere testimoniar ante el mundo el Amor increado, sirviendo conforme a las necesidades del Pueblo de Dios y a las exigencias de los signos de los tiempos.
Fuentes de inspiración
de nuestro carisma
Nuestra espíritu propio que es el AMOR, lo vemos reflejado en la Santísima Trinidad.
Acogemos a María como Madre del Bello Amor, de la que aprendemos a entregarnos por completo a la voluntad de Dios.
De San Ignacio tomamos la regla de vida, ejercitando particularmente en nuestra vida de Oblatas, la espiritualidad ignaciana.